domingo, 9 de octubre de 2011

The Lady

As the shades hide the skies,
turning apart the light,
her lullaby’s voice charms
men’s hearts, fearing like prey.

A thousand faces lay
upon her one true souls.
She prays, asking for
one last chance, for love.

She plays games behind,
her sins are pure as light.
She's my lady, but
never will she be mine.

A thousand knights fight,
fight for her frozen heart.
They fight for just one
kiss from her poisoned lips.

But, tonight, she lays
awake for hours in bed.
She dreams, hoping for
real love, for a true soul.

She plays games behind,
her sins are pure as light.
She's my lady, but
never will she be mine.


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Y, aquí, aparece finalmente la Reina de Picas. Esta es la historia de una chica que no debió gustarme, por demasiados motivos. El primero, por puro instinto de supervivencia. El segundo, por ser quién era. A pesar de que ha pasado más de un año, el recuerdo de sus labios aún me escuece algunas veces, por todo lo que implicaba.

La llamé alguna vez "dama de las máscaras", porque nunca he llegado a saber cuando mostraba su verdadero rostro y cuando era, simplemente, otra máscara. Siempre digo que el tiempo da perspectiva y, aunque en el momento de escribir esta canción, creí que veía su verdadero rostro, hoy lo dudo seriamente.

Esta es una canción "desde fuera". Hablo de ella, de lo que creía ver en ella. Era mi dama, me tenía obsesionado, si bien nunca consideré haberme enamorado. Pero nunca quise llegar más lejos con ella. Un beso ya me trajo suficientes dolores de cabeza y, aunque se que hubiese podido conseguirla, también se que no habría merecido la pena. La veía, me obsesionaba, pero nunca, jamás, debía ser mía.

Me arrepiento de muchas chicas que no conseguí. Ella es la excepción, haber conseguido mantenerme al margen es de lo poco que considero haber hecho bien en este aspecto.

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