I don't know, maybe it was you
who made me stand this long fall.
When I saw you, flying so high,
my heart stopped beating a while.
I was watching you,
just a faithful fool,
I saw you flying in my heart.
And, this summer, love,
there'll be none, but you,
beneath this fake shining stars.
You, swallow, who live in my heart,
have poisoned me, and spelled me with your charm.
Not a romance, but for me's enough,
'cause all I want is a kiss, that worths it all.
It was cruel to blame it on you
when it was completely my fault.
I regret now, to left it all,
having no answers, no clues.
Now, the summer's gone,
I've got nothing like you,
alone, a curse ver my sights.
A star from the south
still keeps callin me now...
forever in my heart.
You, swallow, who live in my heart,
have poisoned me, and spelled me with your charm.
Not a romance, but for me's enough,
'cause all I want is a kiss, that worths it all.
Just give me a kiss worth dying for...
You, swallow, who live in my heart,
have poisoned me, and spelled me with your charm.
Not a romance, but for me's enough,
'cause all I want is a kiss, that worths it all.
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La historia de esta canción es... curiosa, cuanto menos. Empieza a escribirse el jueves pasado, cuando fui a "Costa Oeste", una tienda de tatuajes viguesa (no, no me pagan por esta publicidad), donde me tatué lo que llevaba tiempo queriendo: una golondrina. Concretamente, la misma que aparece en la cabecera de este blog. Como cualquiera que se haya hecho un tatuaje sabe (y yo llevo dos, así que tengo experiencia), los primeros tiempos tienen una pregunta que los marca "¿Qué significa?". Al principio, respondes, te esfuerzas por explicar. Luego, pierdes el interés. No es que no quieras decírselo, es que repetir una historia tantas veces cansa. Y acabas respondiendo vaguedades, que son recogidas de distinto modo.
Uno de estos modos fue interpretar. Fue el que escogió María, una compañera mía de clase, que pronunció las palabras clave: ¿Un romance con una golondrina?
Debo reconocer que me dejó pasmado. Nunca lo vi de ese modo, claro, siempre fui yo la golondrina. Pero una golondrina solitaria sólo puede enamorarse...de otra golondrina. Eso lo explicaba todo, y de pronto, todo tuvo sentido. Cierto es que no me tatué la golondrina por Irene, que era mía mucho antes de usarla en el libro que le regalé. Pero, ¿no fue ella acaso una golondrina? No fue propiamente un romance, pero no me importó. La canción salió sola y, a decir verdad, más allá de la calidad, siempre escasa, supo capturar ciertamente bien lo que sentí, lo que siento respecto a nuestra historia.
La melodía que utilicé como base es la de una de mis canciones predilectas de HIM, mi grupo favorito, la de "Cyanide sun".
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